«La medida de mi madre»

«No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.
Hace años yo me empinaba,
supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida
estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta 
donde poder querernos».

Madre e hijo en la playa. Joaquín Sorolla

Madre e hijo en la playa. Joaquín Sorolla

Poema de Begoña Abad, (Burgos, 1952) cultiva una poesía de una sencillez cautivadora donde la palabra desnuda y sin artificio es la seña de identidad estilística de unos versos conmovedores que recurren a los pequeños momentos de la existencia y a los íntimos sentimientos del ser humano. Señas de identidad que no renuncian ni a uno mismo ni a los otros.

Se lo dedico a mi madre, quien probablemente no leerá este post hasta que yo se lo enseñe, pero la echo mucho de menos, y hoy es tan buen día como cualquier otro para decirle que la quiero, y se lo diré cuando hablemos hoy.

¿Conoces a Marc Levy?

Foto de Wikipedia

Foto de Wikipedia

Exitoso novelista francés con una variada experiencia profesional antes de dedicarse a la escritura.

Durante seis años fue socorrista de la Cruz Roja en Francia.

Más tarde decidió trasladarse a EE.UU., donde montó una empresa de imagen digital, que regentó nueve años, los mismos que duró su aventura norteamericana.

De vuelta en Francia, fundó un despacho de arquitectura, el cual abandonó a la edad de 39 años, que es cuando escribió un libro para su hijo, Ojalá fuera cierto, y su vida dio un giro de 180 grados, ya que el éxito de la obra hizo que Levy decidiera dedicarse a la literatura, convirtiéndose en el autor de éxito que hoy conocemos.

Reto #30librosenunaño 30/30

Foto de Estefanía Alfonso

Foto de Estefanía Alfonso

Y llegó el final del reto, el libro 30/30 es Taiko, Hideyoshi en el poder de Eiji Yoshikawa, con esta novela termino un ciclo y cierro un círculo, ya que el primer libro fue Taiko, el hábil cara de mono, es decir, la primera parte de la historia.

Empecé el reto el pasado 1 de septiembre con la novela que he citado anteriormente, con la correspondiente foto en IG, y con un post titulado #30librosenunaño. Decidí embarcarme en esto por participar en algo y retarme a mí misma, la verdad es que sabía que lo conseguiría en menos tiempo dada mi condición de lectora voraz, pero me apetecía hacerlo, escribir sobre ello en este blog y publicar las fotos en IG con el tag del reto.

De esta experiencia saco dos conclusiones: por una parte me ha encantado la interacción de los posts con la gente que los ha leído, y aprovecho esta ocasión para dar las gracias a todos aquellos que han colaborado de cualquier forma.

Por otra, he de decir que la interacción en IG me ha decepcionado un poco. Me explico: la persona por la cual me enteré del reto me comentó que se generan debates interesantes en torno a los libros que comparte cada uno en el tag, por lo tanto yo esperaba esa comunicación con gente que conozco y con los que no también. Durante los tres o cuatro primeros libros de mi desafío, me metía en el tag a ver y comentar lo que otros lectores habían compartido y nunca tuve una respuesta, ni siquiera un «me gusta», excepto los de la gente que me conoce y me sigue. Además me he fijado que sólo se comentan los mismos entre ellos, por lo que en mi opinión no se dan esos debates que me comentaron al principio, así que me limité a seguir con mis lecturas y a conseguir lo que me había marcado: publicar las fotos, un post de cada lectura y animar a aquellos que conozco a que se unieran, como David, que ahí anda con su séptimo desafío.

Para terminar, también he visto que hay gente que usa el tag de los 30 libros una vez sobrepasado este nº, yo no lo voy a hacer, para mí el reto ha terminado aquí, y estoy muy satisfecha de haber leído 30 libros en menos de cuatro meses y de haber tenido el placer de disfrutar de una lectura muy variada en cuanto a temáticas, géneros y autores.

Para finalizar, sólo quiero añadir que a estas alturas de 2014 llevo algo más de 120 libros leídos, y que de aquí a finales de año llegaré a los 125, lo cual no sé si es mucho o no, tampoco me preocupa, pero lo cierto es que estoy contenta.

Reto #30librosenunaño 29/30

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El penúltimo puesto del desafío es para Una lectora nada común de Alan Bennett.

Me ha encantado esta descripción al principio de la novela: «Si sus perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio. Y no habría conocido a Norman, el joven pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro. ¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada? Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett. Y de ella a Proust. Y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros. Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido un lugar vacío ocupado por una fuerte idea del «deber», descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer».

Hay muchas situaciones descritas en el libro que me recuerdan a mí misma, quizás éste sea uno de los motivos por los que me he ido apasionando cada vez más en la narración.

Un libro cuyo tema principal es leer, los libros, la literatura… y que empieza con una escena de perros, lógicamente me atrae.

Reto #30librosenunaño 28/30

Foto de Dorian Gray BD

Foto de Dorian Gray BD

«Al otro día ella se posó en el hombro del Príncipe para contarle las cosas que había visto en los extraños países que visitaba durante sus migraciones.

Le describió los ibis rojos, que se posan en largas filas a orillas del Nilo y pescan peces dorados con sus picos; le habló de la esfinge, que es tan vieja como el mundo, y vive en el desierto, y lo sabe todo; le contó de los mercaderes que caminan lentamente al lado de sus camellos y llevan en sus manos rosarios de ámbar; le contó del Rey de las Montañas de la Luna, que es negro como el ébano y adora un gran cristal; le refirió acerca de la gran serpiente verde que duerme en una palmera y veinte sacerdotes la alimentan con pasteles de miel; y le contó también de los pigmeos que navegan sobre un gran lago en anchas hojas lisas y que siempre están en guerra con las mariposas».

«¿Por qué no puedes ser como el Príncipe Feliz? -decía una madre razonable a su pequeño que lloraba por alcanzar la luna- Al Príncipe Feliz nunca se le ocurre llorar por nada».

Fragmentos extraídos de El Príncipe feliz de Oscar Wilde, tenía pendiente desde hace mucho tiempo leer este libro y por fin me he decidido a hacerlo para el nº 28 de mi reto.

Es un cuento de hadas que el autor escribió dos años después del nacimiento de su último hijo, Vyvyan. Se trata de una obra educativa moralista, mediante la cual se intenta transmitir un mensaje de valores y principios éticos en niños y adultos.

Publicado por primera vez en 1888 en El Príncipe feliz y otros cuentos junto con cuatro historias más.