Reto cinco líneas – Junio 2015

logo5LredOtro mes sentada delante del PC afrontando el reto cinco líneas.

Una vez más recuerdo brevemente que esto consiste en inventarse un texto de no más de cinco líneas, en el que se tienen que incluir las tres palabras propuestas por Adella en su blog, que en esta ocasión son temblar, crecer y además.

Con la colaboración del mes pasado puse fin a un ciclo, desde octubre que empecé intenté que todas las pequeñas historias llegaran a formar una más grande, y pienso que así ha sido, aunque soy consciente de que para darle coherencia tendría que añadir más elementos, quizás me lo proponga como «auto reto».

Para esta nueva etapa se me han ocurrido dos ideas: por un lado realizar una reflexión con las palabras propuestas; y por otro, relacionar lo que escriba con algún elemento artístico, es decir, con otra expresión de arte, ya sea una pintura, una escultura, un poema, una película… De hecho la publicada en mayo sirve como entrada a este nuevo ciclo porque incluí un cuadro de Picasso, una pequeña descripción del mismo, y las impresiones de la musa a la que retrató.

Y sin más dilación, voy con mi texto:

«Temblar es mi expresión corporal ante un te quiero, una mirada, una obra de arte, las palabras de un buen amigo, un abrazo de mi madre, un buen libro, una caricia a mi perra, una película de terror… Y además todo me hace crecer como persona, madurar y darme cuenta de que soy el resultado de eso».

Foto de la web de la escritora

Foto de la web de la escritora

En esta ocasión quiero vincularla a Temblor de Rosa Montero, una novela en la que el lector encuentra una sociedad medieval estrictamente jerarquizada, dirigida por una casta religiosa que la domina, y cuyo centro es un templo en el centro de la ciudad de Magenta, donde las mujeres ocupan el escalón más elevado de la pirámide social. Al mismo tiempo, esta sociedad se encuentra en una fase de disolución: cada muerte «real» sin una descendencia ritual basada en un raro cristal en que se centra la religión dominante, hace que una parte del mundo pierda realidad, devorada por una decadencia borrosa que, poco a poco, va dominando el mundo. Caer en el olvido equivale a dejar de existir.